jueves, 24 de octubre de 2013

Cargas: no voy en tren, voy en camión...


A pesar de ser más barato, seguro y sustentable, el transporte ferroviario de carga en el país sólo representa el 6 por ciento del total, contra un 93 por ciento del camión. A poco más de veinte años del desmantelamiento de la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos, el balance de la gestión de las concesionarias privadas es contradictorio: los volúmenes de carga se triplicaron, pero aún están lejos del récord de 45 millones de toneladas de 1945.
En ese marco, los empresarios y especialistas de la actividad reclaman inversiones y obras clave y el gobierno nacional parece actuar más como estatizador de última instancia, que como regulador y planificador del sistema.
El actual mapa del ferrocarril de carga se configuró desde agosto de 1989, con la sanción de ley 23.696 (ley de reforma del Estado) y el decreto 666/89, firmado, entre otros, por los entonces presidente Carlos Menem, ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi, y el ministro de Relaciones Exteriores, Domingo Cavallo.
Desde la «tupacamarización» a principios de los noventa de la empresa estatal nacida en 1948 —Ferrocarriles Argentinos— la cantidad transportada aumentó, aunque con notables diferencias en la performance de cada una de las líneas. Hoy coexisten tres ferrocarriles concesionados —Mitre, Roca y Sarmiento— con otros tres, que desde mayo son administrados directamente por el estado: Belgrano, San Martín y Urquiza.
Entre 1993 y 2011, el último año disponible en las estadísticas de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), los volúmenes se multiplicaron casi tres veces y media: pasaron de 7 millones a 24 millones. Si se toma el índice de toneladas por kilómetro, que expresa la distancia recorrida por la carga, crecieron por cuatro: de 3 mil a 12 mil de toneladas por kilómetro.
Sin embargo, los valores totales aún están lejos del récord de 1945, cuando se transportaban 45 millones de toneladas.
Desde entonces y fundamentalmente desde la década del 90 se consolidó el predominio del transporte automotor, por sobre otras modalidades. Para Juan Carlos Cena, ex secretario general del personal técnico de dirección de los Ferrocarriles Argentinos organismo central y miembro fundador del Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos (Monarefa) se trata de un fenómeno mundial, pero que en el país "tuvo un éxito rotundo", ya que "se anularon los ferrocarriles".
Cena señaló que "la batalla empezó en 1958, con Frondizi" y el llamado Plan Larkin, resistido por la recordada huelga de los ferroviarios de 1961, que duró 42 días. "Después, todos boicotearon el ferrocarril", sentenció.
En 1957 la red ferroviaría tenía 44 mil kilómetros, hoy 28 mil. El sistema vial, que incluye las carreteras nacionales y provinciales, tiene 228 mil kilómetros.
De las 386 millones de toneladas que se transportan en el país, 360 millones (el 93 por ciento) se movilizan por camión. El ferrocarril sólo representa el 6 por ciento. La mitad de esa carga por tren corresponde a commodities agrícolas y derivados.
El sistema. En el año 2011 se transportaron 24 millones de toneladas. El grueso de las cargas se concentra en tres concesiones.

Según detalla el informe "Aspectos económicos sobre transporte ferroviario de cargas en Argentina", realizado en 2011 por la Bolsa de Comercio de Rosario, el rubro granos, derivados y aceites representa el 54 por ciento del total, seguido por piedra (13 por ciento), materiales para la construcción (12,3 por ciento), siderúrgicos (6,0 por ciento), minería (4,3 por ciento) y petróleo y derivados químicos (3,1 por ciento).
Diferentes resultados. El gerente general de Nuevo Central Argentino (NCA), Horacio Díaz Hermelo, afirmó que "cuando comenzaron las concesiones en el año 92, el transporte de carga por ferrocarril era muy bajo. Hace dos años alcanzó su récord de 25 millones de toneladas, versus los 5 millones que tenía Ferrocarriles Argentinos. La situación diferencial es que la gran mayoría de ese crecimiento, el 90 por ciento, se dio en tres concesiones".
A lo largo de los veinte años de gestión privada, NCA, Ferrosur Roca y Ferroexpreso Pampeano (Fepsa) fortalecieron su posición y concentran actualmente el 74 por ciento de la carga.
Díaz Hermelo, quien también preside Ferrocámaras —la entidad que nuclea a los transportistas— resaltó que las concesionarias "son empresas privadas, en donde los accionistas privados tienen el control de la compañía", y destacó que a diferencia de los ferrocarriles de pasajeros "no reciben, ni han recibido en veinte años, ni un solo peso del Estado nacional como subsidio, inversión o transferencia".
El NCA, cuyo paquete accionario pertenece en un 49 por ciento a Aceitera General Deheza, gestiona el ferrocarril Mitre. La operación del Roca se divide entre Ferrosur y Ferroexpreso Pampeano (Fepsa); el 80 por ciento de Ferrosur es de Loma Negra, hoy parte del holding brasileño Camargo Correa, y el grupo Techint controla el 60 por ciento de Fepsa, que administra también la línea Sarmiento.
En el caso de NCA y Ferrosur, asumen el doble papel de concesionaria y usuaria de la línea bajo su responsabilidad, mediante el transporte de insumos y productos desde y hacia sus propias plantas industriales. En Fepsa predomina el transporte de granos y derivados, además de algunas materias primas propias de la siderurgia.
Distinta ha sido la situación de los ferrocarriles San Martín, Urquiza y Belgrano, que conectan el litoral con el oeste, noreste y noroeste del país, respectivamente. Los dos primeros estaban bajo la órbita de la brasileña América Latina Logística (ALL). El Belgrano, el más extenso del país con 10 mil kilómetros de vías, fue el último en pasar a manos privadas: primero, en 1998, a la Unión Ferroviaria (UF) y luego, en 2006, a la Sociedad Operadora de Emergencia Sociedad Anónima (Soesa), formada por los grupos Socma y Roggio, y los sindicatos La Fraternidad, UF y Camioneros.
Debido a los magros resultados, especialmente de ALL Mesopotámico y el Belgrano Cargas, en mayo y junio de este año, el Estado nacional le quitó las concesiones al grupo brasileño y a la Soesa. Ahora gestiona directamente estas tres líneas a través de la recientemente creada Belgrano Cargas y Logística Sociedad Anónima.
Asimetrías con el camión. Para la directora del Instituto de Estudios del Transporte de la Facultad de Ingeniería de la UNR, Alicia Picco, "se han hecho algunas obras puntuales, pero hay que completarlas. Hay que ir cerrando las necesidades hasta llegar hasta las terminales portuarias de modo que éstas estén en condiciones de recibir su producción de manera multimodal".
Díaz Hermelo coincidió: "Las zonas metropolitanas tienen un problema de acceder ferroviariamente a los puertos en forma ágil y eficiente. En muchos casos se han destruido las vías, las infraestructuras que permiten acceder a los puertos. En otros casos, con infraestructura aún existente, el vandalismo, la inseguridad, las villas, han hecho muy complicada la operación".
El ejecutivo destacó que existen diferencias profundas entre el tren y el camión. "El transporte ferroviario de cargas tiene un costo fijo muy alto, sus bienes no son propios sino que son concesionados y además es responsable de la infraestructura. Hay una asimetría, que explica por qué en la Argentina el ferrocarril tiene una participación modal muy baja", dijo.
Remarcó que "para poder competir con el camión en el mercado del transporte de cargas, que es un mercado desregulado, en el que la tarifa se fija libremente, el ferrocarril tiene que tener una ventaja comparativa, que se pueda ir de origen a destino en tren".
Sin esa ventaja comparativa las empresas se inclinan hacia el transporte automotor, a pesar de la elevada siniestralidad y de que la tarifa del flete —en valores de escala— cuesta el doble: u$s 0,04 la tonelada/km en tren y u$s 0,08 la tonelada/km en camión.

Políticas para el sector. Picco evaluó que "el Estado nacional ha tomado como una preocupación en este periodo el tema del transporte ferroviario. Es imprescindible que esas obras se lleven adelante" ya que se prevé "para el año 2020 la necesidad de transportar los 150 millones de toneladas que se espera producir, con una proyección de 90 millones de exportables" por la zona del gran Rosario.
En este sentido, el gerente general de NCA destacó la importancia del Plan Circunvalar. Lo consideró "trascendente no sólo para la región", sino "para el sistema ferroviario nacional", y solicitó: "Hagámoslo de a poco, por etapas, pero avancemos".
Desde una posición más crítica, Cena reclamó la reestatización total del servicio: "En los países capitalistas centrales los ferrocarriles son del Estado. Acá seguimos hablando de competitividad y ese lenguaje, y en el mundo desarrollado se habla de complementariedad de transporte. No hace falta una ley, sino un decreto de necesidad y urgencia. Hay que intervenir en forma instantánea todas las concesionarias, mandar un auditor contable con la fuerza pública, revisar qué dejaron y convocar a los idóneos y honestos", señaló.
Y opinó que "reconstruir los ferrocarriles es reconstruir la Nación para que integre de nuevo el país, beneficie a las economías regionales, restablezca la conexión perdida entre pueblos y regiones, y para que en todos los pueblos abandonados retorne la vida".

martes, 22 de octubre de 2013

Jorge Kohon: “El futuro del Belgrano Cargas depende de los empresarios”


Estimados lectores, les dejo una entrevista realizada a Jorge Kohon (Consultor y especialista en Transporte Ferroviario) donde comenta su perspectiva acerca del Belgrano Cargas. La entrevista fue concedida al diario El Tribuno de Salta. Les recomiendo su lectura y como mencioné en la primera entrada, siéntanse libres de expresar lo que deseen.


Jorge Kohon: “El futuro del Belgrano Cargas depende de los empresarios”

Jorge Kohon: "El futuro del Belgrano Cargas depende de los empresarios"


Desde hace más de dos décadas, la recuperación del ferrocarril Belgrano Cargas viene siendo motivo de discursos, promesas y postergaciones. Pero Jorge Kohon, especialista en transporte ferroviario y consultor, entre otros, del Banco Mundial y de varios gobiernos latinoamericanos, asegura que esa situación está próxima a cambiar. En diálogo con El Tribuno durante el 49º Coloquio de Idea en Mar del Plata, Kohon aseguró que gracias a un crédito internacional ya otorgado, en unos dos años el Belgrano tendrá “la infraestructura ferroviaria más moderna del país”. Advirtió, sin embargo, que el desafío de sacar provecho de esa inversión está en manos del sector privado, al que desafió a encarar la transformación del servicio.
¿Qué futuro le ve al ferrocarril Belgrano Cargas?
Yo creo que el potencial es espectacular. Una de las condiciones para que los ferrocarriles se potencien y tengan futuro es que tengan tráfico de larga distancia y el NOA está ubicado en el lugar perfecto desde el punto de vista del ferrocarril para tener envíos de 800, 900 y 1.000 kilómetros, que es donde el ferrocarril demuestra todo su potencialidad. Actualmente el Gobierno está invirtiendo, a través de un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), en recuperar la red troncal del Belgrano Cargas. Ahora viene el turno de ponerle compañías ferroviarias a esas vías, que espero que estén rehabilitadas pronto.
¿Por qué habla de compañías ferroviarias en plural?
Yo vengo sugiriendo que tenemos que utilizar formas innovativas de negocios y no introducir una única empresa ferroviaria que “monopolice” el tráfico, sino que hay que dejar al modo ferroviario desarrollarse. En mi criterio, eso implica que haya múltiples operadores ferroviarios.
¿Más de uno?
Sí, dos, tres, o diez. La idea es tener varios operadores que seguramente van a estar asociados a distintos cargadores. Por ejemplo, para llevar la producción de granos del norte a los puertos, seguramente va a haber varios exportadores interesados en ese transporte y seguramente es posible pensar que algunos de ellos van a querer tener su propia empresa ferroviaria. Esto no implica tener una empresa de 100 locomotoras cada uno. Tenemos que pensar en empresas ferroviarias mas light, más flexibles, con cinco locomotoras y 500 vagones. Yo creo que eso alcanza para funcionar.
¿Puede haber también asociaciones de empresas? 
O seguramente los grandes exportadores van a querer tener sus propias empresas. Controlar el ferrocarril significa controlar la logística de la llegada del grano a los puertos. Eso es esencial para un cargador. El tren forma parte de la integración logística con el buque y con el puerto. Muchos exportadores hoy tienen sus puertos sobre el río Paraná. Bueno, completando la cadena logística, pueden querer tener esa ferroviaria que le permita manejar la logística integralmente. Yo creo que eso le hace bien al ferrocarril, porque le va a aportar mayor tráfico. Conceptualmente lo que propongo se llama open access, acceso abierto. Esto significa que sobre una infraestructura aparecen distintos operadores. Yo creo que eso puede ayudar a potenciar al NOA, a tener un mejor ferrocarril y aumentar la competitividad de los productos de la región.
¿Hay apertura a nivel oficial para este tipo de propuestas? Porque hasta ahora solo se habla de un Belgrano Cargas estatal.
No puedo contestar eso. Lo que yo puedo decir es que así como a usted no se le ocurriría tener una empresa de camiones pública, gestionada por una empresa estatal, yo también entiendo que una empresa ferroviaria manejada con criterio de rentabilidad, de empresa privada, obviamente es más competitiva y necesitamos empresas competitivas y productivas. El rol del Estado en este caso es el de proveer la infraestructura ferroviaria y de control de tráfico que permita que los distintos operadores no se peleen entre sí y todo funcione armónicamente. Pero el rol de operar el ferrocarril hay que pensarlo en los mismos términos de operar el camión. Usted no llamaría una empresa estatal para manejar un camión. Yo entiendo que para operar el ferrocarril hace falta una empresa privada con los criterios de rentabilidad, productividad y eficiencia de la empresa privada. Para ser claros, el Estado puede tener la infraestructura, como tiene la infraestructura de carreteras, pero la prestación del servicio ferroviario seguramente va a ser más eficiente con empresas privadas.

Un cambio a dos años
¿Qué tiempos se maneja para la ejecución de las obras de recuperación del Belgrano Cargas y de qué parte de la red?
Entiendo que la recuperación comprende toda la red troncal. Lo que va a estar en condiciones llega hasta el puerto de Rosario. Se que se está avanzando, pese a que se lo hace a un ritmo menor al que uno desearía. Pero están los préstamos, está la voluntad de hacerlo y yo creo que seguramente en un par de años esa infraestructura va a estar en excelentes condiciones y va a ser, seguramente, la mejor infraestructura ferroviaria que va a tener la Argentina; porque sobre las otras líneas ferroviarias se han hecho muchas menos inversiones.
¿Qué rol le compete a los gobiernos provinciales y a los empresarios de las provincias en la dinamización de esta infraestructura que usted dice que va a estar disponible?
Yo voy a hablar sólo de los empresarios. Es muy fácil para los empresarios decir: “Que vengan los ferrocarriles”. Pero si uno quiere tener ferrocarriles hay que tener también compromiso y firmar acuerdos de largo plazo con las empresas ferroviarias. Esos acuerdos de largo plazo le permiten al ferrocarril comprar locomotoras, vagones y mejorar las terminales. El rol de las empresas del NOA puede ser apoyar a las empresas ferroviarias mejorando las terminales, sobre todo de granos. Veo una asociación entre cargadores y empresas ferroviarias.
Yo, y esto puede ser políticamente incorrecto, soy más escéptico respecto del rol de los gobiernos provinciales directamente en el tema ferroviario. La red ferroviaria es algo así como la red nacional de caminos. Entonces, hay que presionar al Gobierno nacional para que haga más ferrocarriles sobre todo allí donde hay mucho potencial de tráfico. Hay mucho potencial en el NOA. Son distancias ferroviarias, son transportes masivos.
El Belgrano, bien manejado, va a ser un hermoso ferrocarril de cargas, ejemplo de lo que debe ser el ferrocarril. Solo hay que ponerle las condiciones, el marco político y regulatorio para que eso sea así. 
¿El crédito de la CAF incluye la recuperación de estaciones y playas de cargas?
El crédito es fundamentalmente para vías. Recuperar las terminales ya no es un rol del Estado, sino que debe formar parte de un acuerdo de eficiencia entre el cargador y el ferrocarril. Ya no hablamos de una estación como la que nosotros tenemos en la cabeza, de hace 100 años. Esta debe ser una estación moderna, eficiente, con un sistema de vías moderno, adecuado al producto que se va a transportar. El rol del Estado es proveer la infraestructura para que los trenes puedan circular. 
Usted habla con entusiasmo...
Es que están dadas las condiciones! No hay razones para que el ferrocarril Belgrano Cargas no se desempeñe como un buen ferrocarril como los que hoy tenemos en la Argentina. Hoy tenemos en el país ferrocarriles que tienen una baja participación en el mercado, pero que si usted analiza la productividad de cada locomotora o de cada vagón, son buenas. Entonces, ¿por qué no replicar ferrocarriles como los que ya tenemos en el Belgrano Cargas? E insisto, no tiene que haber un único operador que monopolice el servicio, sino varios operadores ferroviarios. Se trata de ampliar la oferta, de diversificarla y responder a las distintas demandas que se van planteando. 
Hemos hablado solamente de cargas. ¿Y los trenes de pasajeros?
Los ferrocarriles de pasajeros son muy caros, en especial en servicios de larga distancia. Si la infraestructura ya está en buenas condiciones, como va a ocurrir en este caso, es cierto que podría ser más barato, pero mantener la infraestructura para las condiciones de pasajeros es muy caro. El problema que tiene el ferrocarril de pasajeros es el mismo que tiene el ferrocarril de cargas con el camión, pero con los colectivos. Los colectivos son muy competitivos y muy flexibles. Salen cada media hora, paran en todos los pueblos, etc. Entonces, es muy difícil competir contra la flexibilidad del automotor. Los ferrocarriles son caros: una locomotora nueva sale entre 3 y 4 millones de dólares, un coche cuesta 700 mil dólares, es muy caro. Argentina no tiene las densidades de tráfico europeas que justifican correr un tren cada hora, y para correr un tren por día, no se puede amortizar las inversiones necesarias. Ese optimismo que usted dice que yo tengo para el tren de cargas, lo dejemos de lado para los pasajeros. Dentro de 20 años lo hablamos.